Almas gemelas

Se conocieron una mañana en la que el cielo y las estrellas parecían testigos del gran amor que iba a nacer. Ella iba camino a la biblioteca como un día normal, él estaba sentado en la entrada,  algo tímido la llamó y mantuvieron una corta pero mágica plática, ella era encantadora, tenía  unos labios que no podía dejar de mirar y una voz diferente a la de las demás mujeres.

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Ella  tenía la mirada triste y cansada del rutinario vivir, fatigada de todo lo que pasaba y los hombres que sólo la buscaban por tener unas caderas grandes o una bonita cara; exhausta de esta sociedad tan inconexa en la que vivimos hoy en día, pero siempre le daba su mejor sonrisa a la vida. Ella tenía una sonrisa encantadora, se gustaron sin pensarlo, parecía tan distinto desde el principio;  simplemente eran almas gemelas, uno era completamente ideal del otro.

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Él se preguntaba si era casualidad o cosas de Dios; eran cosas de Dios porque es él quien hace el destino, las cosas de Dios son perfectas. Lo dejaron todo por amor, ella le devolvió la sonrisa, él la vida y ella las ganas de vivir.  no importaba nada, sólo los dos. 

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El amor y la confianza crecía con el pasar de los días, él se veía cada día más sonriente y lleno de vida, ella amaba verlo así hubiera discusiones, ambos sabían que no podían vivir el uno sin el otro; sin poder escucharse. Cada día se llenaba de amor, él algo tímido, pero ella inspiraba todos los deseos de él. Cada noche era un privilegio escuchar el susurro de sus voces, ellos se estaban queriendo. Ella lo negaba, él no; tal vez nadie lo sabe, sólo ella y él, pero lo importante es lo que ellos viven, porque simplemente fueron almas gemelas que se unieron para formar un sólo corazón.